El senador Amílcar Romero exhortó a los representantes de los sectores patronal y laboral –involucrados en las discusiones sobre el incremento del salario de los trabajadores- a flexibilizar sus posiciones y retomar el diálogo para preservar la paz social y los empleos.
A juicio del legislador, la realidad indica que los trabajadores necesitan un reajuste en sus sueldos, para mejorar el poder adquisitivo, pero el incremento no puede ser en una magnitud tal que lleve a las empresas a producir despidos masivos como consecuencia del aumento de sus costos.
“Aunque el país se verifica actualmente una relativa estabilidad de precios –de acuerdo con los informes del Banco Central- situaciones difíciles por las que atravesó la economía en el pasado reciente, han provocado un desfase entre los salarios y el costo de la vida. Hay que cerrar esa brecha, pero con prudencia”, señaló Romero.
El congresista dijo que la estabilidad económica de los últimos dos años ha permitido el mejoramiento del salario real, porque quedaron atrás las grandes oleadas inflacionarias y la inestabilidad en la tasa de cambio, pero indicó es necesario reajustar los sueldos en término nominal para mitigar los efectos económicos negativos del pasado.
Insistió en que la prudencia debe prevalecer, porque la situación de los empleados –y de los familiares que de ellos dependen directamente- empeoraría si las empresas provocan despidos masivos empujadas por la presión de alzas salariales desmedidas o de un aumento de su pasivo laboral.
“Este escenario debe ser bien valorado, tanto por los sindicatos como por los patronos. Lo menos que requiere el país es la pérdida de empleos y de turbación de la paz social, un requisito fundamental para la atraer inversiones y caminar hacia la meta del pleno empleo, que es el mejor incremento salarial”, sostuvo Romero.
El presidente de la Comisión Permanente de Agricultura y Agroindustria del Senado lamentó que el diálogo –la mejor vía para la solución de controversias- se haya roto entre los empresarios y los sindicatos, a pesar de las valiosas intervenciones del vicepresidente Rafael Alburquerque y de monseñor Agripino Núñez Collado.
“Aunque el país se verifica actualmente una relativa estabilidad de precios –de acuerdo con los informes del Banco Central- situaciones difíciles por las que atravesó la economía en el pasado reciente, han provocado un desfase entre los salarios y el costo de la vida. Hay que cerrar esa brecha, pero con prudencia”, señaló Romero.
El congresista dijo que la estabilidad económica de los últimos dos años ha permitido el mejoramiento del salario real, porque quedaron atrás las grandes oleadas inflacionarias y la inestabilidad en la tasa de cambio, pero indicó es necesario reajustar los sueldos en término nominal para mitigar los efectos económicos negativos del pasado.
Insistió en que la prudencia debe prevalecer, porque la situación de los empleados –y de los familiares que de ellos dependen directamente- empeoraría si las empresas provocan despidos masivos empujadas por la presión de alzas salariales desmedidas o de un aumento de su pasivo laboral.
“Este escenario debe ser bien valorado, tanto por los sindicatos como por los patronos. Lo menos que requiere el país es la pérdida de empleos y de turbación de la paz social, un requisito fundamental para la atraer inversiones y caminar hacia la meta del pleno empleo, que es el mejor incremento salarial”, sostuvo Romero.
El presidente de la Comisión Permanente de Agricultura y Agroindustria del Senado lamentó que el diálogo –la mejor vía para la solución de controversias- se haya roto entre los empresarios y los sindicatos, a pesar de las valiosas intervenciones del vicepresidente Rafael Alburquerque y de monseñor Agripino Núñez Collado.
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