domingo, 18 de febrero de 2007

NECESIDAD DE UNA POLÍTICA DE ESTADO
(ante el estado de la nación)
Por Guillermo Caram

El estado en que se encuentra la nación ha llegado a un punto tal que resultad impostergable la adopción de una Política de Estado de la que carece; que encare los serios y profundos, urgentes e importantes problemas y situaciones que nos están afectando y hasta amenazando.

Lo que si se dispone es de determinadas políticas de gobierno, del partido de gobierno o de los gobernantes; que constituyen, variaciones o derivaciones de la Política de Estado.

La Política de Estado debe responder al interés general de la población e inducen el abordar seria y profundamente, urgentes e importantes temas nacionales. En estos momentos nuestra nación está afectada y en cierto modo amenazada, entre otros, por:

(1) La inseguridad ciudadana provocada por la violencia delincuencial que ha llegado a convertir nuestro territorio en campo de batalla de ajustes de cuentas del narcotráfico;

(2) La pobreza extrema que se manifiesta en desempleo y carencia de servicios públicos y básicos elementales – salud, educación, energía, transporte, limpieza, etc - ante un gasto público divorciado de las aspiraciones populares, situaciones propulsoras de reacciones violentas de la población.

(3) Incoherencias que dificultan superar el modelo económico que genera niveles de desempleo impulsadores de la violencia; testimonio de lo cual es la exaltación de la competitividad en los discursos gubernamentales pero conspirando contra ella a través de sobrecargas tributarias y la tolerancia de un servicio eléctrico malo y caro que imposibilita la recepción de los beneficios de los TLC negociados y por negociar;

(4) La identidad nacional afectada por la inmigración haitiana, la emigración dominicana y la influencia de patrones de comportamientos recibidos a través de las cadenas extranjeras de comunicación;

(5) La preservación del patrimonio nacional: natural, cultural y económico;

(6) La inversión de valores que se manifiesta en la propensión a la vida fácil estimuladora de la delincuencia y la corrupción que rige y domina, en connivencia plena entre los poderes formales y fácticos, incluyendo los partidos políticos, el comportamiento de conductores y gobernados.

No disponemos de una Política que encare estos temas y comprometa en torno a ellos a todos los estamentos responsables de la suerte de la nación.

Pero en cambio se dispone de las variaciones o derivaciones a lo que debe constituir una Política de Estado, a juzgar por lo siguiente:

(1) De la política del Gobierno: El gobierno tiene claro el procurar obsesivamente mayores recursos mediante creación de nuevos impuestos, aumento de tasas a los existentes y mayor coerción de parte de la administración tributaria, inhibidoras de la capacidad de emprendimiento de los dominicanos; sin ponderar las experiencias adversas al respecto, nacionales e internacionales, ni sus consecuencias mediatas e inmediatas para el fututo económico de la nación.

(2) El partido de gobierno tienen su propia política: Quiere mantenerse en el poder para seguir disfrutando con el criterio de absolutismo que lo caracteriza, sus mieles, y por lo cual administra con inteligencia la escogencia de su candidato.

(3) El Presidente tiene su política centrada en el Metro y la Reforma Constitucional, aunque no estén necesariamente sintonizadas con las urgencias nacionales, a juzgar por las encuestas y evidencias observadas.

La suerte de la nación depende de una Política de Estado, de la que carecemos; no de las variaciones de ella que dispone el gobierno, el partido o en el Presidente.
Propiciar una política de Estado constituye pues un desafío imperioso para todas las instancias responsables de la nación; por lo cual y para estimular su adopción, emitimos la presente declaración con la esperanza que a través de los medios se contribuya a fomentar la conciencia que ninguna nación se desarrolla contando solamente con políticas de gobierno, partido o gobernantes; sino que requiere de Políticas de Estado, especialmente ante situaciones como la que atraviesa la República Dominicana.

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