El secretario de Comercio de EE.UU., Carlos Gutiérrez, dijo hoy que su país no “legitimará” un gobierno de Raúl Castro en Cuba y no levantará el embargo a la isla, mientras el Congreso analiza propuestas para suavizar las sanciones.
Gutiérrez pronunció un duro discurso en una conferencia empresarial en nombre de la administración del presidente George W. Bush, en el que descartó cualquier apertura hacia la isla si Raúl Castro releva a su hermano en el poder de manera permanente.
“Sería un error trágico reconocer a un régimen sucesor en Cuba”, dijo Gutiérrez en una conferencia organizada por el Consejo de las Américas, una organización que agrupa a las mayores multinacionales que invierten en América Latina.
“Raúl Castro trae consigo una militarización aún más profunda de la sociedad cubana”, añadió el funcionario, quien dijo que el líder cubano es el ministro de Defensa que lleva más tiempo en el cargo en el mundo.
Con la enfermedad de Fidel, que desde julio pasado dejó en manos de su hermano el poder, y el dominio de los demócratas en el Congreso de EE.UU., algunos legisladores en Washington han sugerido suavizar el embargo.
Un grupo de congresistas republicanos y demócratas ha pedido reducir las restricciones a la venta de alimentos a Cuba y permitir las operaciones bancarias entre ambos países.
Además, Charles Rangel, uno de los demócratas más poderosos de la Cámara Baja, y el republicano Jeff Flake impulsan un proyecto de ley para suprimir todas las prohibiciones de viajes a Cuba.
Actualmente los estadounidenses de origen cubano pueden visitar a sus familiares solamente una vez cada tres años y Gutiérrez dijo que permitir más viajes supondría dar una fuente de dinero al régimen.
El secretario de Comercio, quien nació en La Habana en 1953 pero emigró a EE.UU. con su familia siete años después, descartó cualquier relajación del embargo.
“Es muy ingenuo sugerir que levantar las sanciones económicas estadounidenses debilitará al régimen y forzará un cambio”, dijo.
Pero EE.UU. tampoco ha logrado un cambio con su política de mano dura, según destacan los que quieren una apertura.
“Hemos intentado ese camino y no ha funcionado, debemos intentar otra cosa”, dijo Mavis Anderson, de la organización no gubernamental “Latin America Working Group".
Gutiérrez señaló que la culpa de los problemas de Cuba la tiene el gobierno comunista y que “es totalmente equivocado” decir que el embargo ha empeorado las cosas.
Como prueba, recordó que un tercio de los alimentos y las medicinas que hay en Cuba llegan de Estados Unidos.
No obstante, para Anderson es paradójico que el gobierno de Washington se apropie del crédito por esa ayuda, que se debe a remesas y paquetes que mandan los familiares desde Estados Unidos, y cuyo envío intenta limitar la administración de Bush.
Como en otras ocasiones, Gutiérrez destacó la falta de libertad política y la “opresión” de los trabajadores en la isla. Estas condiciones también están presentes en China y aún así EEUU mantiene relaciones políticas y económicas con Pekín.
El secretario de Comercio dijo que las situaciones no son comparables, pues en China hay libertad de empresa y de movimiento, y a Cuba la colocó, en cambio, “en la misma liga” que Corea del Norte.
El mensaje de dureza es lo que la mayoría de los cubanos en el exilio, concentrados en Florida, quiere oír.
Gutiérrez advirtió sin embargo de que EE.UU. “no confiscará propiedades, ni apoyará cualquier demanda arbitraria de propiedades" en Cuba, algo que temen muchos cubanos de la isla.
Afirmó que, al contrario de lo que reitera el gobierno de La Habana, el presidente Bush no tiene intereses imperialistas en la isla y no planea una ocupación militar.
“El futuro de Cuba está en las manos de la gente en Cuba”, señaló.
Además, se manifestó en desacuerdo con la inversión europea, especialmente española, y canadiense en el sector turístico de Cuba.
Destacó que los 2.100 millones de dólares que esa industria generó en 2003 no han mejorado la vida diaria en la isla y recordó que los hoteles están destinados a visitantes extranjeros, lo que crea “un apartheid turístico que refuerza la represión del pueblo cubano".
Gutiérrez pronunció un duro discurso en una conferencia empresarial en nombre de la administración del presidente George W. Bush, en el que descartó cualquier apertura hacia la isla si Raúl Castro releva a su hermano en el poder de manera permanente.
“Sería un error trágico reconocer a un régimen sucesor en Cuba”, dijo Gutiérrez en una conferencia organizada por el Consejo de las Américas, una organización que agrupa a las mayores multinacionales que invierten en América Latina.
“Raúl Castro trae consigo una militarización aún más profunda de la sociedad cubana”, añadió el funcionario, quien dijo que el líder cubano es el ministro de Defensa que lleva más tiempo en el cargo en el mundo.
Con la enfermedad de Fidel, que desde julio pasado dejó en manos de su hermano el poder, y el dominio de los demócratas en el Congreso de EE.UU., algunos legisladores en Washington han sugerido suavizar el embargo.
Un grupo de congresistas republicanos y demócratas ha pedido reducir las restricciones a la venta de alimentos a Cuba y permitir las operaciones bancarias entre ambos países.
Además, Charles Rangel, uno de los demócratas más poderosos de la Cámara Baja, y el republicano Jeff Flake impulsan un proyecto de ley para suprimir todas las prohibiciones de viajes a Cuba.
Actualmente los estadounidenses de origen cubano pueden visitar a sus familiares solamente una vez cada tres años y Gutiérrez dijo que permitir más viajes supondría dar una fuente de dinero al régimen.
El secretario de Comercio, quien nació en La Habana en 1953 pero emigró a EE.UU. con su familia siete años después, descartó cualquier relajación del embargo.
“Es muy ingenuo sugerir que levantar las sanciones económicas estadounidenses debilitará al régimen y forzará un cambio”, dijo.
Pero EE.UU. tampoco ha logrado un cambio con su política de mano dura, según destacan los que quieren una apertura.
“Hemos intentado ese camino y no ha funcionado, debemos intentar otra cosa”, dijo Mavis Anderson, de la organización no gubernamental “Latin America Working Group".
Gutiérrez señaló que la culpa de los problemas de Cuba la tiene el gobierno comunista y que “es totalmente equivocado” decir que el embargo ha empeorado las cosas.
Como prueba, recordó que un tercio de los alimentos y las medicinas que hay en Cuba llegan de Estados Unidos.
No obstante, para Anderson es paradójico que el gobierno de Washington se apropie del crédito por esa ayuda, que se debe a remesas y paquetes que mandan los familiares desde Estados Unidos, y cuyo envío intenta limitar la administración de Bush.
Como en otras ocasiones, Gutiérrez destacó la falta de libertad política y la “opresión” de los trabajadores en la isla. Estas condiciones también están presentes en China y aún así EEUU mantiene relaciones políticas y económicas con Pekín.
El secretario de Comercio dijo que las situaciones no son comparables, pues en China hay libertad de empresa y de movimiento, y a Cuba la colocó, en cambio, “en la misma liga” que Corea del Norte.
El mensaje de dureza es lo que la mayoría de los cubanos en el exilio, concentrados en Florida, quiere oír.
Gutiérrez advirtió sin embargo de que EE.UU. “no confiscará propiedades, ni apoyará cualquier demanda arbitraria de propiedades" en Cuba, algo que temen muchos cubanos de la isla.
Afirmó que, al contrario de lo que reitera el gobierno de La Habana, el presidente Bush no tiene intereses imperialistas en la isla y no planea una ocupación militar.
“El futuro de Cuba está en las manos de la gente en Cuba”, señaló.
Además, se manifestó en desacuerdo con la inversión europea, especialmente española, y canadiense en el sector turístico de Cuba.
Destacó que los 2.100 millones de dólares que esa industria generó en 2003 no han mejorado la vida diaria en la isla y recordó que los hoteles están destinados a visitantes extranjeros, lo que crea “un apartheid turístico que refuerza la represión del pueblo cubano".
No hay comentarios:
Publicar un comentario