lunes, 19 de febrero de 2007


ENVIA UNA CARTA DRAMÁTICA
Castaños Guzmán renuncia a los RD$66 mil del incentivo en la JCE

El presidente de la Junta Central Electoral (JCE), Julio César Castaños Guzmán, anunció este lunes que dejará de percibir los controvertidos RD$66 mil de incentivo que cobran los jueces de ese tribunal, consignados en la nómina bajo el concepto de "retribución por horas extraordinarias y días feriados”.
En una carta que envió a sus ocho compañeros en el Pleno de la JCE, el jurista indicó que tomó la decisión en virtud de que la ciudadanía -a la cual dijo se debe su trabajo- no lo entiende justo.
“Dejando de lado la discusión jurídica, acojo desde ya, en cuanto a lo que a mí respecta, ignorar el incentivo que conforme a la legislación vigente me correspondería, ya que el país, al parecer, no lo entiende justo. Me inclino reverente ante la Nación Dominicana y no aceptaré la retribución por horas extraordinarias y días feriados”, dice Castaños Guzmán en su misiva, que también distribuyó a los medios de prensa.
El presidente de la JCE habló de sanar heridas, en alusión al debate surgido en la opinión pública luego que la jueza Aura Celeste Fernández renunciara a esa retribución por horas extras, con monto fijo, y lo denunciara como una fórmula para los jueces retribuirse los descuentos impositivos a sus salarios. Otro juez, Mariano Rodríguez, también renunció.
Rodríguez, al renunciar al incentivo, remitió a la JCE un cheque personal con el monto total de lo que había percibido por el incentivo durante dos meses. Se desconoce si Castaños Guzmán hizo lo mismo.
Luego del escándalo, la Cámara de Cuentas se negó a emitir un veredicto al respecto, alegando que no tiene competencia para opinar en el caso.
El abogado se quejó de que pusiera en duda su honestidad y desistió del incentivo porque más que cumplir su cometido lo desmotiva. Ahora llamó a sus compañeros a procurar recuperar la unidad en el Pleno.
“Si bien abomino de la infamia con que se me ha pretendido afrentar, perdono desde ahora cualquier duda sobre mi persona; pero, siempre agradezco que me digan la verdad, aunque están de más las insolencias”, expresa Castaños Guzmán.
A continuación, la carta de Castaños Guzmán.
No. 6123
19 de febrero de 2007.
Honorables y Distinguidos Magistrados
que integran el Pleno de la Junta Central Electoral
Dr. Roberto Rosario Márquez
Dr. Mariano Américo Rodríguez Rijo
Dra. Aura Celeste Fernández Rodríguez
Dra. Leyda Margarita Piña Medrano
Dr. José Ángel Aquino Rodríguez
Dr. César Francisco Féliz Féliz
Dr. John N. Guiliani Valenzuela
Dr. Eddy de Jesús Olivares
Sus Despachos.
Magistrados:
Independiente de la legitimidad o no de lo establecido en la ley No. 14-91 del Servicio Civil y Carrera Administrativa y su Reglamento, tengo la convicción de que el Soberano no quiere que los integrantes de la JCE perciban el importe del cuestionado incentivo.
Esa pitanza, dispuesta en administraciones anteriores, perdió su objeto, ya que ha terminado desincentivándonos. Su propósito, rechazado por gran parte de la opinión pública, solo ha conseguido dividirnos.
Basta que sobre el indicado estipendio haya caído un manto de dudas, para que se justifique el que hoy escriba estas apreciaciones.
Los frutos de estos emolumentos han destilado –cual uvas agraces—un caldo de amargura. Retama que llena el ambiente de desazón. ¿O serán acaso al mismo tiempo mieles del poder, que han determinado el zumo de un guarapo desorientador?
¿Qué podremos comprar o subvenir bajo sospechas, con o sin razón, de enriquecimiento ilícito?
Dejando de lado la discusión jurídica, acojo desde ya en cuanto a lo que a mí respecta, ignorar el incentivo que conforme a la legislación vigente me correspondería, ya que el país, al parecer, no lo entiende justo. Me inclino reverente ante la Nación Dominicana, y no aceptaré “la retribución por horas extraordinarias y días feriados”.
Si bien abomino de la infamia con que se me ha pretendido afrentar, perdono desde ahora cualquier duda sobre mi persona; pero, siempre agradezco que me digan la verdad, aunque están de más las insolencias.
Interpreto este rechazo popular a que sea retribuido nuestro trabajo fuera de horario, como la voluntad de mis conciudadanos, la cual asumo como una expresión de democracia, decisión que como servidor público acepto con buena templanza. Porque nunca accedí a ocupar este cargo en atención a lo que pagaban o no pagaban, sino fiel a lo que ha sido el lema de nuestra vida forjada en el ejercicio de la profesión de Abogado que dignamente hemos desempeñado a través de cinco generaciones, y siempre nos ha acompañado el cumplimiento con honor y solemnidad del deber de servicio a la sociedad y a la Patria, ser útil al prójimo en sus necesidades y obedecer las leyes establecidas.
He regresado a la JCE, presidiéndola en esta ocasión, a cumplir con un mandato que nos ha conferido la ciudadanía a través del Senado de la República Dominicana. Mandato que nos llama a realizar un trabajo sumamente profundo, delicado y objetivo. Que amerita de estudio, preparación técnica, mucha paciencia y disposición de escucha. Si hemos encontrado normas, usos o criterios no ideales, para nuestros juicios administrativos, las debemos de resolver con prudencia, apego a la ley y en el momento y espacio competente.
Le pido a mis compañeros Magistrados, una vez más, evitar distracciones y consagrarnos al trabajo para el cual fuimos elegidos:

Conformación de las Juntas Electorales

Estudio y aplicación del Cronograma en conteo regresivo para las Elecciones Presidenciales del 2008
Supervisión de las Asambleas y Convenciones de los Partidos Políticos
Escuela Nacional Electoral
Oficialías y Registro del Estado Civil
Dotar de acta de nacimiento a los dominicanos y dominicanas sin nombre ni apellido
Libro de Extranjería
Cédula de Identidad
Reorganización administrativa de la JCE.

Finalmente, hago votos por la unidad de la Junta Central Electoral. Tengo una gran esperanza en todos ustedes. Espero además, que cuando sanen las heridas, cuando se extinga el escozor de las malquerencias que las han causado, quedará una gran paz.
La paz de la Justicia y el fruto bendito del perdón.
Sin más por el momento se suscribe, muy atentamente,


Julio César Castaños Guzmán


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